JUGADORES DE BANDA
Hablemos de fútbol (sí amigo o amiga, si acudías aquí para culturizarte te equivocas de día, son los viernes cuando vienen a la hamburguesería Matamoros y Enrique del Pozo a debatir) el deporte más bello que existe a excepción del voley playa femenino
pero éste apenas lo dan por la tele.
El hermoso deporte del once contra once está plagado de deportistas encefalograma planiformes, cuyas únicas palabras que parecen conocer son: Bueno sí, ¿no?; el fútbol es así; aveces se gana otras se pierde; la culpa ha sido del arbitro; y grandes frases que pasarán a la historia por su peso en sabiduría. Pero aveces, sólo aveces sale alguno que, como la canción que versionaba Lokillo, no sigue al abanderado. ¿Que ocurre entonces? Ahí están los periodistas, sabios a la par que crueles, que con tal de dejar mal al jugador del equipo rival de la ciudad en la que trabajan, se echan sobre él y, gracias a su inteligencia sobrehumana y, porque no decirlo, el escaparate que supone un gran diario o radio deportiva, lo intentan hundir descaradamente.


Supongo que si Salva jugara en el Barça o en el Madrid, sus declaraciones tendrían más repercusión, pero choca que él, siendo un facha que dice que le gustaría conocer a Tejero, pase totalmente desapercibido y en cambio Oleguer no.
Hasta aquí la primera parte de mi post, en breve la segunda, en la que indago más en la labor de los periodistas deportivos y su forma de tergiversar la realidad.